En la inmensidad sin par del universo, donde el tiempo y el espacio se entrelazan en una danza perpetua y majestuosa, late en lo más sagrado de nuestro ser un refugio inviolable: una chispa incandescente, una corriente eléctrica primigenia que no solo ilumina el alma, sino que nos ancla a la esencia misma de toda existencia. Es ese escalofrío que recorre la piel, un...
