Una de las experiencias más reveladoras de mi vida ocurrió cuando tenía 23 años. Extrañamente, aún no había caído en cuenta de que ya tenía 23, y seguía diciendo que tenía 21 cuando me preguntaban mi edad (tal vez nunca aparenté mi verdadera edad). Sin embargo, todo cambió en una cita con una chica con la que salía.
Me hizo una pregunta aparentemente simple: “¿Cuantos años tienes?”. Sin pensar, le respondí que tenía 21, pero su siguiente solicitud me dejó sin aliento: me pidió ver mi identificación. Fue en ese momento cuando me enfrenté a la realidad: tenía 23 años y, para mi sorpresa, no estaba haciendo mucho con mi vida. No asistía a la universidad y mi trabajo como asistente de Recursos Humanos me consumía completamente.
Sentí como un chorro de agua fría recorría mi cuerpo y, casi de inmediato, me despedí de la cita y caminé rápidamente, con la sensación de que el tiempo me perseguía. Al día siguiente, decidí dar un giro completo a mi vida. Busqué un trabajo de medio tiempo y comencé a investigar posibilidades de estudios. Había intentado Ingeniería Computacional en el pasado, pero no había tenido éxito en el examen de ingreso.
Finalmente, con la ayuda de mi familia y mi trabajo, decidí inscribirme en la Universidad de la Comunicación. Esta decisión cambió mi perspectiva del mundo, especialmente en lo que respecta al entretenimiento y la comunicación visual.
A lo largo de este viaje, compartiré contigo no solo mis experiencias de viaje, sino también las transformaciones y reflexiones que han marcado mi vida. ¡Así que prepárate para embarcarte en esta aventura llena de historias personales y sorprendentes giros de la vida!
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